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Cuando en el mundo se hace una fiesta y en especial cuando es de bodas y sobre todo cuando es de alguien muy importante, muchos deseábamos estar, y cuando no nos invitaban nos sentíamos mal, despreciados, y algunos hasta les daba fiebre de la pura decepción.
Cuando en el mundo se hace una fiesta y en especial cuando es de bodas y sobre todo cuando es de alguien muy importante, muchos deseábamos estar, y cuando no nos invitaban nos sentíamos mal, despreciados, y algunos hasta les daba fiebre de la pura decepción.
En el cielo va a llevarse a cabo
una gran fiesta, el problema es que muchos no se preocupan si están invitados o
no.
¿Qué
se va a celebrar? La boda más sonada. V 2 “ El reino de los cielos es semejante a un rey que
hizo fiesta de bodas a su hijo;”
¿Quiénes se casan? Jesucristo y su
novia. Apocalipsis 19: 7 “Gocémonos
y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado.”
¿Jesucristo, el rey de reyes? En
verdad que su novia tiene que ser alguien hermosa, alguien muy especial,
imagínate la novia del rey de reyes.
¿Quién será la novia? Nada menos y
nada más que la iglesia rescatada a precio de sangre. Efesios 5: 25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así
como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,” apocalipsis
19: 7 “Gocémonos
y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado.”
Jesús nos ama y por eso el insiste
en darnos nuestra salvación y además en hacernos su esposa.
1. Primera Invitación: V 3 “y
envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no
quisieron venir.” A nadie le intereso la fiesta. Simplemente no quisieron ir.
Cuantas veces Dios nos llama y nosotros simplemente no queremos asistir.
2. Segunda Invitación: nos da
razones, se humilla al grado de darnos explicaciones, argumentos para que
asistamos. Nos hace ver que el ya tiene todo preparado, todo lo tiene para
nosotros. V 4 “Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a
los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales
engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.”
Pero nosotros tenemos siempre una
disculpa para dejarlo esperando, por lo general tenemos dos disculpas que
utilizamos con mucha frecuencia:
2.1. Estamos muy ocupados, el trabajo, las
cosas del hogar. V 5 “Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su
labranza, y otro a sus negocios;”
2.2. Estamos
enojados por que a través de su palabra nos dijo unas cuantas verdades. V 6 “y
otros, tomando a los siervos, los
afrentaron y los mataron.”
Nos ofrece lo mejor y nosotros lo avergonzamos, y esto nos
convierte en personas no dignas de tanto amor. V 8 “Entonces dijo a
sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron
convidados no eran dignos.”
3. La tercera Invitación: si nosotros lo despreciamos el
también nos ignora, ahora la invitación es para cualquiera que quiera asistir a
la fiesta. V 9 “Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a
las bodas a cuantos halléis.”
Los suyos no lo quisieron recibir
entonces se extiende la invitación a los extraños. Juan 1: 11 “A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron.” Es decir gracias a que su pueblo lo
desprecio, nosotros tuvimos el privilegio de ser invitados.
Ahora nosotros tenemos la
bendición de ser llamados para darle celo a su propio pueblo. Romanos 11: 11 “Digo, pues: ¿Han tropezado los de
Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la
salvación a los gentiles, para provocarles a celos.”
Dios no hace acepción de
personas. V 10 “Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a
todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de
convidados.”
Las bodas fueron llenas había muchos invitados.
Cuando se trata de buen banquete
y sobre todo gratis todos quieren estar, la bendición no está solo en que el
lugar este lleno sino en que los invitados al aceptar la invitación estén
dispuestos a someterse a las normas de la fiesta. V 11 “Y entró el rey
para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.”
En la antigüedad los dueños de la
fiesta no solo invitaban a la gente, ellos les proveían del atuendo que tenían
que usar. Por eso el invitado no tuvo excusa, y lo único que hizo fue quedarse
callado. V 12 “Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar
vestido de boda? Mas él enmudeció.” Muchos prefirieron no ir, este aparentemente hizo algo
mas… al menos fue, pero la cuestión no es solo estar adentro. La cuestión es
estar acorde a la invitación. Dios aborrece a los tibios.
El vestirse con traje de boda
significa que Jesucristo exige un cambio en
nosotros, que dejemos nuestra manera vana de vivir, si le estamos ya
sirviendo que lo hagamos de manera diligente y no a medias.
Cuando nosotros aceptamos a Cristo
en nuestro corazón le estamos aceptando la invitación. Pero no es para que le
sigamos a nuestra manera, sino a la manera de Cristo. V 13 “Entonces
el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las
tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.”
Es fácil aceptar el llamado.
Total lo único que nos ofrece son bendiciones, hoy en día todos quieren ser
cristianos, las promociones de milagros son numerosas, sanidad, prosperidad.
Etc.
Definitivamente aceptar el
llamado y seguirnos llamando cristianos es fácil, lo difícil y par algunos
imposible, es someternos a la voluntad de Jesucristo. V 14 “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”
Cuando escucharon la invitación
del rey algunos tuvieron excusas para no asistir, otro asistió pero no cambio,
siguió viviendo igual.
La invitación de Jesucristo ya
esta echa ¿Cuál es tu excusa para no asistir?
Y si ya eres de los que acudió al
llamado y ahora te llamas cristiano. ¿Cuál es tu excusa para no cambiar?
Recuerda que Jesucristo a los tibios los vomita.